Viva la libertad

España se encuentra a un paso del abismo. El pésimo gobierno, los egoísmos territoriales, la crisis y la mezquindad y malas artes de los que sirven a siniestros intereses son la razón para ello. Pero esta afirmación no debe asustarnos, sino que debe darnos esperanzas. Los españoles estamos despertando, creando una marea imparable que busca el progreso, que defiende ideas sensatas, y que busca arrimar el hombro para ello. España no se hunde en la oscuridad o en el abismo de la historia pues la sociedad esta despertando con unas preocupaciones claves: interés general y política de estado. Esta en juego nuestro presente y el futuro de nuestros descendientes.

Esta esperanza no se basa en deseos si no en realidades. A lo largo de la historia reciente hemos podido ver como los españoles nos comportamos de manera apática ante las elecciones salvo en momentos claves. Tiene que haber siempre un hecho desencadenante, tenemos que ser llevados a limites insospechados para responder, siendo nuestra respuesta contundente aunque no siempre correcta. Hay tenemos como los cambios de gobierno durante la democracia han sido desencadenados por hechos claves como el 23-f propiciando a Gonzalez, la desastrosa situación económica propiciando a Aznar o el 11-m propiciando a Zapatero.

Pero nuestro cambio deberá enfrentarse a varios problemas además de la crisis. Por una parte tenemos un hecho clave que, a nosotros especialmente, nos sera conocido. Este nuevo punto fue brillantemente explicado en una frase por don Mariano Rajoy: las leyes no favorecen la vocación política de los mas preparados. El sistema político español debe cambiar si no queremos encontrarnos con un sistema ineficaz, sobrecargado por la burocracia. Por la otra observamos como hay otra cosa importante que no funciona en España, y esta es como el sistema autonómico se a visto convertido en una aberración. Pero no solo el sistema autonómico si no que los ideales de concordia y hermandad sobre los que se fundo la transición son pisoteados ahora por secesionismos y radicalismos que rechazan la realidad historia, política y social fruto de la unión de los españoles. Frente a ellos no nos queda si no la cultura y la defensa de esta realidad y esta nación que nos acoge, y que surge cada día de todos nosotros.